El señor J


Soy el señor J, vivo en Barcelona, tengo 35 años y he experimentado y vivido las artes marciales (de en adelante AM) toda mi vida, empecé con karate y tae-kwondo, lo típico que los papas te apuntan ''a algo'' para ocupar tu tiempo libre y que no estés dando la lata por casa. De mas mayor hice judo con los amigos, pero la extrema casposidad de Van Damme, para entonces todo un hito juvenil, me arrastro al mundo del kickboxing que estaba en su esplendoroso apogeo.
Ya entrado en la vida adulta, y por mi trabajo en seguridad privada, y luego pública en la unidad de seguridad ciudadana del CME seguí formándome enfocado en la autodefensa, fue entonces que tras probar decenas de cosas con la coletilla ''policial'' detrás, o super sistemas de civiles cosplayeados de militar con artículos de airsoft, me di cuenta de algo, las artes marciales tienen caspa, mucha caspa.

En mi vida he hecho en profundidad karate, boxeo, sanda, BJJ y algo de lima lama, y he probado prácticamente cualquier arte marcial que hay en la ciudad, wing tsun, hwa rang do, kali filipino, ninjutsu, capoeira, kav maga, systema ruso y mas.

En mi opinión, no hay artes marciales buenas o malas, mejores o peores, eso depende del maestro y la política del lugar, sin embargo, hay artes marciales con una tendencia natural a la casposidad, bien sea porque sus máximos exponentes son esperpénticos farsantes, se inventen orígenes e historias inverosímiles, comercien con ego a través de grados y cintos inventados, aseguren tener poderes sobrenaturales o quieren venderse a toda costa.

Mi misión es arrojar luz sobre la caspa y ayudar a las personas a diferenciar y encontrar lo que realmente necesiten, y proporcionar a todos los practicantes marciales una plataforma donde debatir, opinar y investigar las actividades marciales y quienes las ofrecen, para lo bueno y para lo malo.
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